Lo más preocupante para un chofer de la ruta Catia La Mar-Caribe es abastecerse de gasolina porque la atención prometida para el sector transporte público quedó en veremos.
«Hay que acortarlas porque en una sola vuelta se van los 60 litros que les tienen permitido», informa William González, presidente de la línea José María Vargas, por RCR.
Destaca que tienen que hacer las colas y recibir el maltrato de los funcionarios, en vista de los reclamos que se le hacen por la cantidad de combustible que es insuficiente.
Insiste en que ya no es el problema de la tarifa, sino que los carros están varados por falta de combustible.
González dice que en los primeros días de cobro de Bs. 30 mil, los usuarios no han puesto objeciones al respecto, aunque reconoce que el problema de efectivo igual incide en los ingresos de los choferes.
«Aunado a que hay usuarios que optan por caminar para ahorrarse ese dinero o que simplemente no tienen ni para pagar un pasaje».LL/jd