Luis López.- “He comprado dos chivas rayadas en Bs. 40 mil cada una, porque un caucho en el mercado no baja de 250 mil. Lo de la Proveeduría es puro cuento; con 15 cauchos por líneas, las cuales cada una tienen más de 150 socios, no se cubre la demanda del sector”, expresó Javier Guerrero, conductor de la ruta Caracas – La Guaira.
“No hay garantías de dotación y tenemos que salir a trabajar porque son muchos los choferes que están varados por cauchos, baterías o repuestos para sus vehículos”.
Informó que no pueden parar las unidades definitivamente porque los tildan de guarimberos, pero tampoco les garantizan el suministro, a pesar de los acuerdos y jornadas de trabajo entre representantes del estado y los directivos de líneas.
“Menos del 30% de los vehículos cubren la ruta. No dependen de nosotros si no tenemos como trabajar. Esto es un secreto a voces, pero nadie resuelve. A los propietarios de vehículos solo nos queda mantener la ruta como sea, sobreviviendo a todo riesgo. Lo malo es que también ponemos en riesgo la vida de los usuarios”.