En un comunicado conjunto emitido este martes, al término de una visita oficial de dos días a China del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ambos países expresaron que «en el contexto de la creciente agitación política internacional, hay una necesidad urgente de convocar a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
«Pedimos a las mayores potencias mundiales, en especial a los miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, que fortalezcan la confianza mutua y asuman el liderazgo a la hora de salvaguardar la ley y el orden internacional basado en la legislación internacional», agrega el texto.
Todo esto porque «el mundo ha entrado en un período de cambio turbulento» en el que «la propagación continua del coronavirus ha acelerado la evolución del panorama internacional, el sistema de gobernanza global se ha desequilibrado; se ha visto impactado el proceso de desarrollo económico y han aparecido nuevas amenazas y desafíos globales de manera continua».
Ante tal panorama, Pekín y Moscú han solicitado a la comunidad internacional que «deje de lado sus diferencias», trabaje para una mayor coordinación y por el mantenimiento de la paz, así como por la construcción «de un orden internacional multipolar más justo, democrático y razonable».
En opinión de China y Rusia, «la forma de abordar los asuntos internacionales debería basarse en principios reconocidos ampliamente por la legislación internacional que son la piedra angular del desarrollo de la sociedad».
Asimismo, Lavrov y su homólogo chino, Wang Yi, consideraron la democracia como «uno de los logros del desarrollo humano», aunque apuntaron que «no hay un estándar uniforme para el modelo democrático» y que «la injerencia en asuntos internos de estados soberanos con el pretexto de promover la democracia es inaceptable».