El Gobierno de Chile anunció la construcción de una nueva zanja en la frontera norte con Bolivia para frenar la llegada masiva de migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos, en medio de una crisis humanitaria sin parangón en los últimos años.
Se trata de 300 metros de surco, que se empezarán a excavar la semana que viene al norte de otra zanja de 600 metros que se construyó hace cinco años en el paso fronterizo de Colchane, una pequeña localidad chilena desbordada desde que comenzó la crisis hace año.
El ministro chileno del Interior, Rodrigo Delgado, dio que el objetivo de la nueva zanja “es tener mayor capacidad de control de bandas criminales que quieran pasar en vehículos o de personas que quieran ingresar de manera clandestina a Chile”.