El Centro de Justicia y Paz (Cepaz) señaló que, solamente hasta el mes de octubre, un total de 74 mujeres venezolanas han sido asesinadas en el exterior y 7 en grado de frustración, siendo Colombia la nación desde donde se reportan más casos.
Sara Fernández, abogada de Cepaz, indicó que es Perú el segundo país donde ocurren más femicidios a mujeres venezolanas. «Esto responde a la vulnerabilidad que tiene la mujer migrante, porque presenta dificultades y retos, además que tiene la particularidad de que por ser mujer está sometida a estructuras de discriminación. La mayoría de los agresores, son venezolanos», dijo en entrevista a Circuito Éxitos.
A finales de octubre, varias organizaciones feministas presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la realidad que viven las mujeres, niñas y adolescentes en Venezuela, al no contar con protección social por parte del Estado.
En esa sesión, Carolina Godoy, de la ONG Cepaz, denunció que desde el 1 de enero hasta 30 de septiembre de 2021 han ocurrido 207 femicidios consumados, 30 de estos solamente en septiembre y que dejó un saldo de 7 niños huérfanos y 11 femicidios frustrados.
Lo anterior se refiere al contexto nacional. Pero, de acuerdo con un artículo publicado por Mujeres ONU, para muchas mujeres migrantes de todo el mundo, «las desigualdades de género generalizadas, sumadas al racismo sistemático, la violencia y otras formas de discriminación, hacen que la pandemia haya tenido un efecto devastador en sus medios de vida y su salud».
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), actualmente hay 5,9 millones de migrantes venezolanos, de los cuales más de 850.000 son solicitantes de asilo, más de 170.000 son refugiados y más de 2,5 millones de personas viven bajo otras formas legales de estadía en las Américas.
Asimismo, Acnur destaca que la mayoría de los refugiados y migrantes venezolanos son familias con hijos, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad, de los cuales algunos se han visto en la necesidad de tomar rutas irregulares pero que en el camino son víctimas de trata humana y grupos armados.
La ONU señala que tres cuartos de quienes perdieron su hogar durante la pandemia empezaron a vivir en la calle, de los cuales el 80% eran mujeres quienes, además, en más de la mitad de los casos, eran las proveedoras principales de sus familias.