No logramos entender porque no se ocupan de los cementerios y permiten que sea la guarida de delincuentes, traficantes y consumidores de drogas asi como de los profanadores de tumbas”, denuncia Cesar Alonso, presidente de Un Nuevo Tiempo en la región.
Resalta que no es posible que el lugar de descanso de nuestros difuntos sean las “áreas comunes” de criminales y mal vivientes. “Es un espectáculo dantesco el observar las tumbas profanadas; el ir a colocar unas flores y elevar una plegaria se convierte en una actividad desagradable y extremadamente peligrosa ya que en los cementerios se cometen robos a cualquier hora.
Exige a la Alcaldía de Vargas el rescate de estos espacios públicos anarquizados y que se active un plan para garantizar la seguridad de todos los usuarios. MLA