Son reiterados los llamados a la Gobernación y a la Alcaldía que han realizado los habitantes de La Esperanza, familiares de los fallecidos y propietarios de tumbas para que le realicen el mantenimiento al cementerio y aún no han sido escuchados.
Oneida Petti señala que durante años le han pedido ayuda a las autoridades para que realicen reparaciones a las tumbas ubicadas en el cerro, cuyas estructuras están en el aire, desmalecen y saneen los espacios, pues aseguran que los trabajadores del camposanto están trabajando con las uñas y lo poco que reciben mensualmente se lo dividen para poder llevar el sustento a sus hogares.
«Ellos hacen lo posible para que el lugar no se termine de deteriorar. Necesitamos que nos envíen agua para tratar de recuperar los jardines y sobre todo cemento para reforzar las estructuras».
Asegura que reina la delincuencia, pues cuando se oculta el sol muchos se acercan a hacer de las suyas. «Aquí se acabó el respeto. Cómo es posible que profanen las tumbas para vender las osamentas».
Pide al jefe de Secretaría de Seguridad Ciudadana, Andrés Goncalves, que envíe efectivos para ahuyentar a estos antisociales./jd