Los 53 años de la fundación de la Diócesis de La Guaira serán celebrados este martes 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen María al cielo, con una solemne misa que concelebrará el cardenal Baltazar Porras a las 9:00 am en la Catedral San Pedro Apóstol junto a obispos y 50 sacerdotes.
La eucaristía la presidirá monseñor Ricardo Barreto, primer obispo formado en el Seminario de Macuto, quien junto al padre Abelardo Bazó cumplirán 25 años de bodas de plata sacerdotales.
También celebrarán los 31 años de vida consagrada al sacerdocio del padre Alfonzo Barrera, los 30 años de los padres Justo Paiva y Horacio Zúñiga; los 20 años del presbítero Alberto Castillo, vicario pastoral de la diócesis; los 18 años de los padres Omar Hernández y Germani Silva, y los 8 años de los padres José Ángel González y Juan Carlos Colmenares.
“Que la Virgen María y San Pedro, nuestro patrono, los bendigan a ellos y a todos los sacerdotes que han sido ordenados el 15 de agosto”, expresó el obispo de La Guaira, monseñor Raúl Biord.
Mandó también un saludo a los más de 70 voluntarios de Cáritas que han concluido un semestre de formación como promotores de salud en las comunidades: el proyecto de salud José Gregorio Hernández. Ese día serán bendecidos los certificados, un recordatorio de los conocimientos alcanzados para que sean utilizados al servicio en todas las Caritas parroquiales.
Confiar en Dios
En la meditación de la palabra de este domingo, monseñor destacó la primera lectura que nos presenta al profeta Elías que buscaba a Dios en la violencia de un huracán que descuajaba los montes. Un viento que hacía trizas las piedras, en el estruendo de un fuerte terremoto y en un fuego devastador, pero allí no estaba el Señor. Solo después que pasan estas fuerzas violentas, Elías encontró a Dios en una tenue brisa, en la paz y en el silencio.
“Nos puede pasar a nosotros también. Buscamos milagros para creer en Dios, cosas grandiosas, fenómenos extraordinarios. No somos capaces de reconocerlo en las cosas sencillas y cotidianas. En el pan y en el vino consagrado en la misa, en la gente sencilla que encontramos en la calle y en las cosas de todos los días, en la familia. Por eso con el salmista repetimos: ‘muéstranos Señor tu rostro, tu misericordia y danos salvación’, porque Dios anuncia la paz a sus amigos”.
Recordó que solo en el silencio del corazón nos podemos encontrar con el Señor. El evangelio nos pide tener confianza en Jesús, la fe nos permite caminar sobre las aguas turbulentas de los conflictos personales, familiares y sociales. “Vemos en el evangelio que Pedro comenzó a caminar en el agua, pero cuando sintió miedo comenzó a hundirse y gritó: Señor sálvame.
“Le pedimos a Dios que nos dé la fuerza para luchar contra todos los miedos y fantasmas que nos atormentan. A confiar en Dios y de su mano recuperar la seguridad que nos permite avanzar”.