El presidente de la Cámara Venezolana de la Industria Láctea (Cavilac), Roger Figueroa, informó que las plantas operan entre un 15 o un 20% de su capacidad instalada, lo que implica que trabajan “sólo para pagar las nóminas y mantener la nariz por encima del agua para no ahogarnos. El dólar se disparó y la economía no está hecha para eso”.
Aseguró que el aumento del dólar, las fallas en los servicios públicos y el déficit de combustible para movilizar los productos inciden en la situación del sector. “La suma de todos y cada uno de todos estos problemas, hacen un verdadero desastre. No hay dinero para financiar las operaciones de producción”.
Manifestó que hacen esfuerzos para que los costos de los productos lácteos sean lo más reducido posible, pero eso se ha vuelto casi imposible porque hay una diferencia importante entre los costos de producción y el precio final.