Luis López.- Dilia Peña reside con dos de sus hijas y esposo en la parte alta de Quenepe desde hace más de 50 años. Su vivienda ha sido la misma desde entonces; paredes de cartón piedra y techo de zinc, que el tiempo ha venido deteriorando.
“Si cambio una lámina nos quedamos sin comprar comida, porque mi esposo es el único que trabaja y gana salario mínimo, que solo alcanza para medio mantenernos”.
Hizo referencia a que los mayores gastos son los de su hija, que estudia cuarto año. “Aquí vamos a hacer cola de madrugada y no conseguimos a veces los alimentos. Se come pan y casabe, con algo de salado para rendir. Hacemos una sola comida diaria, en el almuerzo, de resto el desayuno lo resolvemos con pan con queso o pan solo, porque café no hay desde hace tiempo”.
Dijo Peña que los fines de semana no hace cola en el Día Día porque es un riesgo, por la violencia de la gente a la hora de comprar los alimentos.
Hizo referencia a las condiciones precarias en las que viven muchas familias del sector. “Estamos censados y las autoridades saben de nuestra situación, pero hasta aquí no llega nada del Gobierno para cambiar esta realidad”./ar