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Carrera para rescatar víctimas del terremoto en Ecuador

Socorristas libraban una carrera contrarreloj para rescatar a las personas enterradas bajo los escombros tras un potente sismo en la costa de Ecuador, el más fuerte en 40 años, que dejó cientos de muertos, más de 2,500 heridos y ciudades enteras destruidas.

En Pedernales, una pequeña localidad con playas sobre el Pacífico y fuerte actividad turística, epicentro del sismo ocurrido el sábado, las autoridades estimaban entre 300 y 400 muertos y una treintena de hoteles completamente derruidos.

“Necesitamos medicinas, necesitamos agua, necesitamos víveres para ayudar a la gente”, dijo a periodistas el alcalde Gabriel Alcívar. Fuerzas de seguridad patrullaban las calles. Muchos se acercaban al estadio, donde la Cruz Roja y el Ejército instalaron una carpa de atención a los heridos y recepción de cuerpos.

Las imágenes de devastación en Pedernales daban la sensación de una zona de guerra, con casas reducidas a escombros y postes de luz sobre el asfalto, al igual que en Portoviejo, unos 180 km al sur, una de las zonas más afectadas por el sismo que impactó Ecuador y fue sentido también en Colombia y Perú. La gente caminaba por la mitad de la calle con miedo a que colapsaran las casas aún en pie. En el aire empezaba a sentirse la descomposición de los cadáveres atrapados.

“Todo fue así tan rapido, no nos dio tiempo a nada. Le dije a mi esposa: ‘sal con los niños’ y ya no se pudo. Empezaron a caer esas paredes, como usted puede ver ahí. Tuvimos que refugiarnos en una esquinita, bajo un mueble”, relató Fernando Chávez.

Aprovechando la afectación de la infraestructura carcelaria, unos cien presos se fugaron de la cárcel de Portoviejo. “Trabajamos en operativos de recaptura”, escribió en Twitter la ministra de Justicia, Ledy Zúñiga. El terremoto de magnitud 7.8, el más fuerte desde 1979, tuvo una duración de aproximadamente un minuto y afectó sobre todo a seis provincias de la costa ecuatoriana, de sur a norte.

Por ahora ha dejado un saldo de 246 muertos, 2,557 heridos y unas 200 réplicas de distintas intensidades. Los sobrevivientes siguen todavía aturdidos, sin poder desprenderse del temor a nuevas réplicas.

“Cómo no voy a llorar, había una persona atrapada que gritaba pidiendo auxilio, pero después ya dejó de gritar. Ay, Señor, fue terrible”, dijo Nelly, una desconsolada mujer de 73 años, frente al destruido mercado de abastos del Abdón Calderón, en las afueras de Portoviejo.

“Barrio Tarqui de Manta muy afectado. Pedernales destruido”, informó en su cuenta en Twitter el presidente Rafael Correa, quien aterrizó sobre las 18H30 (23H30) en el puerto de Manta, en la afectada provincia de Manabí, tras un viaje de una semana a Estados Unidos y el Vaticano. El mandatario tenía previsto visitar las zonas más impactadas.

En Guayaquil, unos 200 km al sur de Manta, los locales y centros comerciales estaban cerrados y se veían pocas personas en las calles. Apenas unos curiosos caminaban alrededor del puente colapsado.

“Estaba con mi esposa e hija en el estadio, cerca del puente. La gente estaba tan asustada que no corríamos, pero mi nena se asustó y casi se mata corriendo por las escaleras del estadio”, relató Galo Proaño, un vendedor ambulante de 49 años.

A pesar de la destrucción en muchos lugares, la infraestructura petrolera “estratégica” de Ecuador no presenta daños que comprometan su funcionamiento, aseguró el ministro coordinador de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda. Proveda añadió que los centros de almacenamiento y despacho de combustibles en todo el país están operando normalmente, “lo que garantiza el suministro oportuno de los combustibles”.

Correa, que anunció la activación de líneas de crédito de contingencia “por cerca de $600 millones”, dijo que la “prioridad inmediata” es el rescate de las personas entre escombros. Para ello ha destinado a unos 14,000 efectivos de las fuerzas de seguridad y contará con ayuda de países como Chile, Colombia, Venezuela y España.

Voluntarios de la Cruz Roja trabajan “día y noche” para encontrar supervivientes de este desastre, indicó Walter Cotte, director regional de las Américas para la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja, citado en un comunicado./Foto AFP

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