La empresa estadounidense Carnival revirtió curso este lunes y comenzó a aceptar reservaciones para sus cruceros a Cuba de personas nacidas en la isla, en medio de una creciente polémica que mereció incluso críticas del gobierno de Barack Obama.
Carnival, que prevé enviar el 1 de mayo el primer crucero en medio siglo de Estados Unidos a Cuba dentro del histórico deshielo bilateral, indicó que mantiene conversaciones con La Habana y confía en que el gobierno castrista suspenda una política de la Guerra Fría que no permite a cubanos ingresar a la isla por mar, sino solo por aire.
De no haber un cambio antes de la partida del primer crucero de Fathom, la empresa perteneciente a Carnival que realizará los viajes que pretenden promover el intercambio cultural entre ambos países, postergará su salida, afirmó un comunicado.
Carnival “continúa su diálogo con Cuba para pedir que los viajeros de Fathom tengan las mismas oportunidades que aquellos que viajan en vuelos chárter y confía en que las discusiones lleguen a un resultado positivo”, indicó el texto. De no alcanzarse antes del 1 de mayo, “Carnival retrasará el inicio de sus viajes a Cuba”, señaló.
Por lo pronto, Fathom comenzó a aceptar reservaciones de pasajeros nacidos en cualquier país, incluido Cuba, para sus cruceros de una semana que partirán del puerto de Miami y visitarán en la isla las ciudades de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, a bordo del buque Adonia con capacidad para 704 pasajeros.
Carnival se convirtió en la primera empresa de cruceros que consiguió los permisos tanto de Estados Unidos como de Cuba para realizar la ruta entre ambos países, interrumpida desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, en medio del acercamiento de ambos países iniciado en diciembre de 2014.
Pero su negativa a aceptar reservaciones de isleños ante la política cubana aún vigente provocó protestas de organizaciones anticastristas, de legisladores norteamericanos y de líderes locales en Miami, donde vive la mitad de la diáspora de dos millones de cubanos en Estados Unidos.
“Carnival no debe discriminar”, dijo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en entrevista la semana pasada con el diario Miami Herald, aunque sus críticas fueron dirigidas contra el gobierno cubano que, a su juicio, “no debería tener el derecho de imponer una política de discriminación contra personas que tienen el derecho de viajar”.