Despachos distanciados e insuficientes, son los que ha registrado la carne regulada en los supermercados. Los consumidores deben esperar semanas hasta que aparezcan las reses de precio justo, que se agotan en un parpadeo.
Las neveras en el área de carnicería en los supermercados lucen vacías o repletas de carne de cochino, pues nadie quiere enfrentar multas. “Sin pollo ni carne tenemos tiempo trabajando. Hace semanas escuché que el kilo de pollo superaba los 520 y está regulado a 65 bolívares. Es imposible acatar una regulación así”, expresó William Vargas.
Sobre los 1.200 bolívares rondan las milanesas en algunos comercios. Las ventas han caído, pues el salario mínimo solo alcanza para siete kilos de chuleta. “La gente compra menos que antes porque no puede más. Se ha mantenido el precio de la carne de cerdo, por lo menos”. Además, el costo de3 envoplast, bandejas y demás le suman gastos a las carnicerías, donde se niegan a acatar regulación entretanto no lleguen a acuerdos en granjas y mataderos./ar