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Carlos González salió del letargo de gran manera

* Batea .429 con cuatro jonrones y 11 carreras impulsadas en septiembre

Carlos González ha puesto en práctica consejos del fallecido Don Baylor y la ayuda involuntaria de su amigo Miguel Cabrera para reencontrarse con su swing.

Desde el 1º de septiembre, y tras vivir un tormento en el plato durante buena parte de la temporada, el jardinero derecho de los Rockies de Colorado ha bateado .429 con porcentaje de embasarse de .568 y .893 de slugging.

Al terminar la jornada del martes, cuando dio dos jonrones para ayudar a los Rockies a derrotar a los Diamondbacks, la explosión del toletero venezolano incluía cuatro cuadrangulares, siete dobles, 11 carreras empujadas y ocho boletos. Esa ha sido la clase de producción que los Rockies habían estado esperando y el momento del despertar no ha sido coincidencia.

Sin darse cuenta, González había caído en un viejo hábito, envolver sus manos, o poner la palma de las manos en el bate de manera en que sus dedos quedaban hacia adentro. Era algo que Baylor, entonces coach de bateo de los Rockies, notó en el año 2009 cuando González llegó a Colorado en un cambio desde los Atléticos.

El 30 de agosto, durante la octava entada de la derrota 6-2 ante los Tigres en el Coors Field, González analizó con detalle un turno de Cabrera, quien también ha tenido una temporada poco exitosa en el plato. Aunque el turno terminó en un rodado para doble-play, igual le sirvió a González para aprender algo de su amigo. Salió a batear en la novena entrada y dio un doblete. Era un comienzo.

Poner las palmas de las manos en la parte delgada del bate hace que la parte gruesa del madero se hunda al momento de hacer swing, lo que se traduce en pegarle por debajo a la pelota González aflojó sus manos y empezó a agarrar el bate más con los dedos que con sus palmas.

Volver a corregir ese aspecto, como ya hizo Baylor en 2009, le permite a González tener más control sobre el bate y conectar la pelota de manera más contundente. Los resultados no se hicieron esperar.

 

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