La escasez de efectivo es una constante que afecta a los varguenses y de esto no se escapan los dueños de cantinas, quienes en un gran porcentaje se han visto en la obligación de cerrar ante la sequía de bolívares.
William Marcano, profesor, explica que en los planteles públicos ya quedan muy pocas y en los privados los propietarios luchan por mantenerse al día, porque a la falta de liquidez se suma el alto precio de los insumos.
Señala que otros se han visto obligados a aceptar transferencias, porque para obtener un punto de venta hay que pagar entre Bs. 7 millones y Bs. 50 millones, ya que por la demanda prácticamente se cotizan en dólares.
En el caso del San Vicente, los representantes optan por hacer transferencias, al igual que en el Aranda.
En la cantina del Fernando Toro lo que más se vende son los jugos y cada vez sacan menos empanadas, porque se les quedan frías./BR/va