El primer ministro británico, David Cameron, aseveró hoy en el Parlamento que no necesitaría el respaldo de una resolución de la ONU para sumarse a los bombardeos aéreos de la coalición internacional contra posiciones de los yihadistas del EI en Siria.
En el debate semanal con el jefe del Gobierno, el diputado del SNP escocés Angus Robertson le preguntó si esperará a que las Naciones Unidas apruebe una resolución sobre el plan de paz en Siria antes de pedir a la Cámara de los Comunes que autorice una intervención aérea en el país árabe.
Cameron contestó que, aunque «siempre es preferible» contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, el Reino Unido «no puede someterse a un veto de Rusia» que impidiera «tomar las decisiones necesarias para mantener el país a salvo».
«Lo que realmente importa es que cualquier medida que tomemos sea legal y sirva para proteger a nuestro país y a nuestra gente», dijo.
El primer ministro debe obtener la aprobación de la Cámara de los Comunes de Londres antes de poder sumarse a los bombardeos contra el Estado Islámico en Siria que lidera Estados Unidos, pues de momento solo cuenta con permiso para atacar en Irak.
Rusia también ha iniciado una operación contra el EI en Siria, con el consentimiento de su presidente, Bachar Al Asad.
Los diputados británicos ya votaron en contra de intervenir en Siria en agosto de 2013, y este noviembre una comisión parlamentaria desaconsejó esa operación e instó al Ejecutivo a centrarse en cambio en promover un plan de paz.
No obstante, tras los atentados del pasado viernes en París, Cameron ha redoblado sus esfuerzos para convencer a los diputados de la necesidad de bombardear en Siria y ha sugerido que convocará otra votación cuando sienta que hay consenso.
En su intervención, el líder del Partido Laborista, el primero de la oposición, Jeremy Corbyn, preguntó si el Gobierno piensa impulsar sanciones contra los países, entre ellos Arabia Saudí, que financian al EI.
Cameron se limitó a contestar que el Reino Unido «desempeña un papel de liderazgo» para garantizar que se corte el suministro de fondos al grupo extremista.
Después de que Corbyn condenara los ataques de París sin paliativos, Cameron coincidió con él en que «lo más importante es que la gente continúe con su vida», que viajen y «sigan disfrutando de París y Londres».