Doriana León, dorianaleon@gmail.com.- Riesgo latente para pobladores y trabajadores de Picure es lo que representa el complejo termogenerador Josefa Joaquina Sánchez Bastidas, conocido como Tacoa. Hollín, fuga de gases y equipos a punto de colapsar se traducen en una “bomba de tiempo” al oeste del estado.
Los trabajadores de la planta que debería de generar 1.200 megavatios diarios y que actualmente sólo produce el 60% de lo estimado, destacan que en 1998, cuando la Corporación AES adquirió el 80% de las acciones de la Empresa Eléctrica Nacional, fue la última vez que se le realizó el mantenimiento a las principales calderas del complejo.
“Uno de los principales motivos para que ocurra un accidente como el que se registró en diciembre de 1982 es la falta de mantenimiento preventivo y esto tiene más de una década que no se realiza”, señala el vicepresidente de la Federación Bolivariana y Socialista de Trabajadores del estado y miembro del comité ejecutivo de la Federación Eléctrica, Alirio Rincón.
Los operadores de la planta, recomiendan que para “evitar una tragedia” es necesaria la activación de un plan que permita la ejecución del mantenimiento mayor tipo A1, que incluye el desmontaje total de equipos principales y auxiliares en cada una de las calderas, así como la revisión de transformadores, calentadores, motores, enfriadores, condensadores y bancos. Para ello, “Hay que planificar, pues esto no es un trabajo que se realiza de la noche a la mañana. Se debe cumplir con un proceso de licitación y mandar a hacer los repuestos a Japón. Son mampuestos originales que deben ser armados a la medida”, señala uno de los técnicos quien destaca que la tecnología utilizada dentro de la planta es creada por la Mitsubitshi y la Toshiba.
Rincón explica que en la actualidad, solo se realiza mantenimiento correctivo a las piezas que presentan fallas. “Se aplican pañitos calientes en los equipos principales y auxiliares, sin que se haga el abordaje integral. Periódicamente se rompen los tubos de las calderas siete, ocho y nueve. Cada 15 días queda una unidad fuera de servicio por la falta de mantenimiento”.
Trabajadores sin equipos de seguridad
Guantes, mascarillas, bragas y botas de seguridad son algunos de elementos utilizados por el personal que labora en la planta de Tacoa. Desde hace más de cuatro años que el personal no ha recibido dotación de uniformes, materiales ni equipos de seguridad. “No se cumplen con los parámetros de seguridad para los trabajadores. Actualmente están enfrentando una situación difícil donde algunos se han desmayado por la inhalación de gases que salen por las paredes de las calderas, ante la falta de mascarillas”.
Además de esto, aseguran que las guardias de operaciones están incompletas, por lo cual el personal debe redoblar sus horas de trabajo. “El 40% del personal de mantenimiento y operaciones de la planta está en condición de jubilación y actualmente no hay mano de obra que reemplace a este equipo calificado”.
Hollín se convierte en ácido sulfúrico
Los médicos de los principales hospitales y ambulatorios de Catia La Mar denuncian que la mayoría de los pacientes que acuden a la consulta con problemas bronco-respiratorios habitan en las zonas residenciales aledañas a la planta de generación eléctrica Josefa Joaquina Sánchez de Bastidas en Tacoa.
Ivonne Grimán, médico pediatra del hospital Alfredo Machado, asegura que el hollín que genera la quema de químicos en la planta, afecta directamente el sistema respiratorio de los residentes de Arrecife, Vista Al Mar, La Soublette, Las Tunitas y Mamo. “Cuadros de bronquitis, asma y neumonías se complican en los residentes de estas comunidades. También se registran afecciones en la piel, producto de la contaminación emanada desde la planta”
Los vecinos de estas comunidades destacan que en el piso se encuentra polvillo negro todos los días, mientras que los trabajadores de la planta aseguran que “cuando llueve el hollín se convierte en ácido sulfúrico, altamente corrosivo y, por ende, afecta directamente la salud de los que laboran o habitan en los alrededores de la planta”.
Resaltan que la solución para el problema es la colocación de filtros a la salida de los gases del horno de cada una de las calderas que conforman el complejo. “Esto nunca se ha hecho, pero es una situación grave la que se está generando con los gases emanados desde la planta, que tienen incidencia en el organismo humano”.
Vecinos preocupados
Yenifer Vanegas: El vivir tan cerca de Tacoa es un riesgo que enfrentamos a diario. Sufrimos por las enfermedades respiratorias que genera el hollín, se nos daña la ropa cuando la lavamos y exponemos al sol, además las casas se agrietan por las vibraciones que genera la planta. Quisiéramos salir de esta zona y que nos reubicaran en un lugar seguro
Carlos Valencia: Vivimos frente a una bomba de tiempo que no sabemos en que momento va a estallar. La mayoría de los vecinos de la comunidad sufre de asma y las vibraciones de la planta son cada vez más fuertes; es como si estuviéramos en un terremoto permanente
Tragedia de Tacoa marcó al estado Vargas
El próximo 19 de diciembre se conmemorarán los 33 años desde el hecho más relevante ocurrido en la región, exceptuando el deslave de 1999; la Tragedia de Tacoa. Ese día fallecieron 160 personas, entre comunicadores sociales, bomberos, policías, rescatistas y trabajadores de la planta.
Ese fatídico día, el barco petrolero “Murachí” se disponía a descargar 15.000 litros de fuel-oil, combustible necesario para activar la planta, cuando uno de los obreros se percató de que existía un punto sobrecalentado y abrió la escotilla. Esto originó la entrada de aire y por consiguiente el avivamiento de las llamas que alcanzaron el tanque Nº 8 y esto ocasionó la primera explosión que desató una inmensa bola de fuego, la cual acabó con la vida de los obreros de guardia.
Al mediodía, la situación se daba por controlada. Sin embargo, a las 12:45 del mediodía, debido al fenómeno de boil-over (acumulación de vapores calientes) se produce la segunda explosión. Fue el momento más trágico, ya que aquí es cuando hay mayor cantidad de víctimas fatales.
Todas las víctimas fatales quedaron calcinadas, mientras que los centenares de heridos tuvieron que ser trasladados a Caracas. Desde ese entonces, los habitantes de la región exigen a las autoridades competentes la creación de una Unidad de Quemados y la toma de mayores medidas preventivas dentro y en las inmediaciones de la planta./ep