Cada vez son más los adultos mayores con pensamientos suicidas
La migración no solo ha dejado en los adultos mayores una carga económica y de responsabilidades, pues deben cuidar de los nietos, sino también un sentimiento de soledad que ha llevado a muchos a pensar en el suicidio.
“Una persona en cualquiera etapa de la vida puede tener estos pensamientos. Sin embargo, está asociado a cambios, por ejemplo cuando la gente se va a casar o se divorcia, se jubila, pierde un empleo o hay un duelo por la muerte de alguien. Esto trae angustia, tristeza y desasosiego”, expresó la psicóloga Florimar Quijada.
Pero, indicó, hay etapas más vulnerables. Entre ellas la adolescencia porque como su nombre lo indica adolecen de muchas cosas, entre otras de criterios y en los adultos mayores también se está viendo mucho por la migración.
Dijo que al mes puede atender una o dos personas con pensamientos suicidas, aunque no es una estadística generalizada. Lo preocupante en estas condiciones es que están asociadas a problemas preexistentes como por ejemplo a que nos hemos acostumbrado a la estimulación constante y cuando no tenemos algo que nos estimule, no sabemos qué hacer.
“La tendencia es que estoy maniatada, no hay manera de cómo resolver esto y la única solución en matarme. Pasa mucho en adolescente, pero los adultos mayores también lo piensan”.
Manifestó que generalmente trabaja con el psiquiatra cuando el estado de ánimo de la persona está tan afectado que no tiene posibilidad de hacer cambios y las ideas suicidas son muy importantes. “La solución es la medicación para sacarla de ese estado mental. Nosotros seguimos con las terapias para hacerle seguimiento”.
La especialista alertó que el uso continuo de celulares, redes sociales y en algunos casos pornografía han deteriorado mucho la parte social del individuo por lo tanto las posibilidades de tener una red de apoyo que lo pudiera asistir en algún momento como un familiar o amigo es cada vez menos.
“Cuando uno indaga si tiene algún amigo o familiar, en el mejor de los casos hay una mamá que lo asiste y acompaña, o una pareja. Pero, hay muchos que están solos”.
Desmotivación total
El primer síntoma es la desmotivación total, es decir el individuo no se preocupa por comer a la hora, a veces ni por comer, no duerme bien, se aísla y no quiere estar con nadie, va perdiendo ciertas capacidades o habilidades como ir a trabajar.
“Hay una sensación de desgano total y absoluta. Si la persona siente que pierde el control, significa que su estado de ánimo está afectado. También cuando pierde peso, no conversa mucho, se ve disperso y le cuesta atender o concentrarse”.
Si la persona no tiene la posibilidad económica de buscar ayuda profesional, pueden acudir a la Federación de Psicólogos a través de página o por Instagram. Ellos ofrecen una línea de ayuda gratuita para casos de emergencia, donde lo pueden asistir hasta 5 sesiones. Hay instituciones públicas que dan ayuda virtual, la Alcaldía de Caracas tiene un centro de atención presencial, Avensa y Psicólogos sin Frontera.
“Lastimosamente, buscar ayuda psicológica es lo último que hace una persona. Debería ser la primera para que sea más fácil la prevención y el tratamiento cuando se está bajo una crisis”./LDS