Los reportes incluyen 26 países y territorios de esa área geográfica que brindaron información y donde Cuba tuvo la tasa más baja.
En tanto, estas estimaciones sitúan a Honduras como el país con más crímenes de este tipo, con seis por cada 100 mil mujeres, seguido de República Dominicana, El Salvador y Uruguay.
Los datos revelan que más del 70 por ciento de las víctimas en 2022 tenían entre 15 y 44 años, un cuatro por ciento tenía menos de 15 años y un ocho por ciento tenía de 60 años en adelante.
En siete países, al menos 400 menores de edad y otras personas dependientes perdieron a su madre o cuidadora a causa del feminicidio el pasado año, precisó el Observatorio, una iniciativa de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, insistió en que América Latina y el Caribe tiene el deber de prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra ese grupo poblacional.
Resulta inaceptable que más de cuatro mil mujeres y niñas sean asesinadas cada año en nuestros países por razones de género, declaró Salazar-Xirinachs, a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, celebrado la víspera.
A juicio de la Cepal, la violencia feminicida se mantiene en el área pese a que hay una mayor conciencia pública al respecto, al igual que avances legislativos, respuesta estatal y progresos en la medición.
El feminicidio es la expresión extrema de la desigualdad, la discriminación y las múltiples formas de violencia contra las mujeres y las niñas, advirtió la entidad de la ONU.
Las encuestas nacionales especializadas de diez países de América Latina y el Caribe muestran que entre el 42 y el 79 por ciento de las féminas enfrentaron violencia por razones de género en distintos ámbitos.
La Comisión calcula que 88 millones de mujeres mayores de 15 años en la región, o una de cada tres, han sido víctimas o viven violencia física o sexual por parte de un perpetrador que era o es su pareja, lo que conlleva el riesgo de la violencia letal, según la Organización Mundial de la Salud.