El cambio que llevó a Miguel Cabrera a Detroit sigue rindiendo dividendos, ocho años y medio después de que el venezolano fuera canjeado de los Marlins a los Tigres.
El inicialista de 33 años permanece como piedra angular del lineup de los felinos y el lunes lo demostró una vez más en la victoria de los Tigres sobre los Medias Blancas en Chicago.
Cabrera se fue de 5-4, incluyendo sus jonrones 300 y 301 como integrante de Detroit, ambos frente al mejor lanzador de los patiblancos, Chris Sale.
«Todavía es uno de los mejores bateadores del planeta», dijo el manager de los Tigres, Brad Ausmus. «Definitivamente, es uno de los bateadores derechos de la élite en la historia del beisbol y continúa rindiendo. Tiene un swing tremendo y mecánicamente afinado, además de ser extremadamente fuerte».
El primer cuadrangular de Cabrea el lunes, su número 438 de por vida, fue una línea entre el jardín central y el derecho. Luego dio el 439 frente a Sale entre el central y el izquierdo.
«Miggy es buen bateador», comentó Ausmus, quien fuera su compañero en los Tigres cuando era jugador. «Si está en un buen día, a veces no importa quién sea el pitcher».
Detroit adquirió a Cabrera, junto al zurdo Dontrelle Willis, en un megacambio con Miami el 4 de diciembre de 2007. En dicho canje, pasaron de los felinos a los peces el jardinero Cameron Maybin, el zurdo Andrew Miller y tres prospectos.
Ninguno de los que pasaron a Miami llegó a rendir en los Marlins, aunque Miller se ha convertido en un relevista estelar, a la vez que Cabrera se ha convertido en una leyenda de los Tigres.
Los jonrones de Cabrera del lunes fueron sus 30 y 31 de la temporada, marcando la octava campaña en las últimas 10 en que ha conectado al menos 30.
Fue el encuentro 38 de su carrera con dos cuadrangulares o más y su quinto del 2016. Su más reciente había sido el 31 de julio contra los Astros.
Ante de la jornada de ayer, Cabrera tenía promedio al bate de .316 (160-507), porcentaje de embasado de .389 y 87 carreras impulsadas.