Para Rodrigo Cabezas, presidente de la Comisión de Economía del Parlamento Latinoamericano, la propuesta formulada por elexministro de Planificación, Ricardo Hausmann, en el que plantea que Venezuela acuda ante al Fondo Monetario Internacional (FMI) para un programa de ajustes por 50 mil millones de dólares es “históricamente inviable y moralmente inaceptable”.
Catalogó de “impensable” acudir ante el organismos económico dada la experiencia que ya se tiene con el FMI a través de los programas de ajuste que se aplicaron en Venezuela en los años 1989, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y en 1996 durante el gobierno de Rafael Caldera.
“Estos programas de ajuste dejaron a Venezuela en una situación de pobreza general; desindustrialización progresiva, caída de la inversión y la entrega del patrimonio de la nación, a través de las privatizaciones, que es hoy absolutamente inviable”.
Cabezas sostiene además que la propuesta del exministro de planificación del gobierno de Pérez resultó también“moralmente inaceptable” porque, a su juicio, América Latina y el Caribe, “ya derrotaron el esquema neoliberal que obliga a los Estados a subordinarse a organismos internacionales como lo es el FMI”.
“Esta propuesta no es otra cosa que una copia de lo que se hizo en los años 1989 y 1996 y será rechazada por el pueblo de Venezuela en cualquier escenario”.
Destacó que si Venezuela discute la posibilidad de cambios en sus estructuras productivas o su matriz energética debe suponer un debate sobre el proceso de industrialización en Venezuela.
“Para adelantar un proceso de transformación industrial no necesariamente debemos aplicar el programa empobrecedor del FMI que comienza por generar una apertura económica y comercial que no permite el desarrollo industrial ni las posibilidades de un desarrollo endógeno importante de las fuerzas productivas”.
Consideró que la propuesta de los economistas con grupos empresariales pone en evidencia que la oposición y “los neoliberales venezolanos” siguen anclados en el pasado sin tomar en cuenta los cambios que se han originado en América Latina y el Caribe frente a esta propuesta de naturaleza “aperturista y dañina” a la economía.
“La derecha venezolana no tiene otra alternativas que no sean una subordinación al FMI, ni poseen propuestas novedosas que permita el desarrollo de la fuerza productiva o espacios para la industrialización”.