«500.000 vidas perdidas por la pandemia que afecta a nuestro Brasil y al mundo», indicó el ministro de Salud, Marcelo Queiroga sin precisar el balance de las últimas 24 horas.
Queiroga también señaló que trabaja «incansablemente para vacunar a todos los brasileños en el menor tiempo posible y cambiar este escenario que nos asola desde hace más de un año».
Hasta el viernes, su ministerio había contabilizado 498.499 muertos, con un promedio diario de más de 2.000 en los últimos siete días.
Brasil, con 212 millones de habitantes, es el segundo país en superar la barrera de los 500.000 muertos, después de Estados Unidos.
El gigante sudamericano vivió este año una segunda ola de la pandemia, con balances que llegaron a superar los 4.000 muertos al día. Hay temores de una tercera ola, con un nuevo repunte de las curvas de contagios y decesos.
Según el último informe semanal de la Fundación Fiocruz, una entidad de referencia en la investigación médica, Brasil vive una situación «crítica», con «una meseta (de muertes) elevada y la posibilidad de una agravación en las próximas semanas, con la llegada del invierno» austral.