* El 2-0 dejó a la Canarinha como primera del Grupo E seguida de Suiza
Sin dejar lugar a sustos, con un fútbol sólido aderezado por la magia de Neymar, Brasil venció 2-0 a Serbia en Moscú y jugará ante México en octavos de final del Mundial de Rusia 2018.
Con este resultado, la pentacampeona mundial finaliza primera del Grupo E, mientras que Suiza, que empató 2-2 ante Costa Rica, quedó segunda y se enfrentará a Suecia.
Paulinho, al minuto 36 tras un magistral pase de Philippe Coutinho, y Thiago Silva a los 68 de cabeza, tras un córner lanzado por Neymar, marcaron los goles de Brasil.
La única mala noticia para los brasileños fue la lesión del lateral izquierdo Marcelo, que fue sustituido en el minuto 10 por Filipe Luis por espasmos en la espalda baja.
Además de sellar la clasificación en un Mundial plagado de sorpresas, Brasil recuperó la mejor versión de Neymar. A diferencia de los dos partidos anteriores, con un fútbol estético y efectivo ayer el 10 exhibió todo su arsenal: arrancadas, asociaciones, pases largos y regates en corto. Solo le faltó el gol.
En los primero minutos, Serbia plantaba cara y olía el peligro con los balones por alto, pero pisaba poco el área de Brasil, que hacía poco en ataque.
Como los delanteros brasileños no tenían el día, Paulinho acudió al rescate. Rompió la línea defensiva y su compañero en el Barcelona Coutinho le sirvió para que metiera con habilidad la puntera por encima del portero.
Serbia necesitaba goles para seguir con vida en el Mundial y en la segunda mitad se atrevió a discutirle más la posesión a la Canarinha.
La afición brasileña que llenó el Spartak Stadium se había encogido durante el tramo peligroso de los balcánicos y Neymar pidió con los brazos que volviera la fiesta. Subieron los decibelios y entonces sacó un córner que puso en la cabeza de Thiago Silva, letal al primer palo.
Los minutos finales fueron un quiero y no puedo de Neymar para encontrar su gol. El portero serbio Vladimir Stojkovic lo evitó.
Serbia había tirado la toalla, la posesión volvió a los brasileños y la torcida se divirtió coreando los pases con olés hasta los tres pitazos finales del árbitro.