La falta de trabajo durante la pandemia y que los corren de todos lados ha hecho de la vida de los trabajadores informales una pesadilla.
«Llevar la comida a nuestros hogares es toda una odisea y más cuando los policías nos corren”, expresó Luis Vásquez, zapatero ubicado frente al Mercado Comunitario de Catia la Mar.
Aseguró que ha tenido que recorrer las calles buscando un trabajo que no ha conseguido, por lo que se pone a cargar escombros, a botar la basura de sus vecinos y a hacer mandados para que le paguen con un paquete de harina, una lenteja o cualquier otro producto que lleva a su familia.
Piden que los dejen trabajar
Vásquez clamó a las autoridades del estado para que dejen laborar a los trabajadores informales.
“No pido que me regalen nada porque soy guerrero y me gano mis cosas, solo quiero que me dejen ejercer mi derecho al trabajo. Esta situación la sufren cientos de trabajadores que salen a la calle en pandemia para buscar que comer todos los días, ya que con lo que nos ganamos en una semana flexible no nos alcanza para la radical».
Acepta comida por reparar calzado
Ante la grave situación y los pocos clientes, Vásquez indicó que entiende que la gente no tiene con qué pagar, por lo que está aceptando dólares y hasta comida y que la cantidad variaría dependiendo del tipo de reparación./jd
Ronny Mendez
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