Botan a 4.600 trabajadores de Abastos Bicentenario
María Elena Moreno, [email protected] En contra de lo estipulado en la Ley del Trabajo sobre la inamovilidad laboral, la directiva de la red de Abastos Bicentenario S. A. ha despedido a 4.600 trabajadores en todo el país, alegando una reestructuración ordenada por el presidente, Nicolás Maduro.
Jonathan Yulden, vocero del Sindicato Bolivariano Nacional de Trabajadores de empresas procesadoras, almacenadoras, distribuidoras de alimentos, (Sinbonatra), asegura que el Ministerio del Trabajo ha hecho caso omiso a sus denuncias, hechas desde febrero de este año.
“Es tanto el abuso, que han salido varios reenganches y dicen que no tienen funcionarios para ejecutarlos. Algunos deben esperar hasta febrero. En Vargas hubo 32 casos, donde muchos recibieron su liquidación porque tiraron la toalla presionados por la crisis”.
Sin razón aparente, fueron puestos en la calle padres y madres de familia que pasaron a formar parte de la larga lista de venezolanos desempleados.
“Los que aún tienen sus puestos, son víctimas de persecuciones y acoso laboral. Los amenazan con las cartas de renuncia ya redactadas”.
Tampoco respetan los beneficios aprobados en la contratación colectiva, como el pago de utilidades, bonos y demás. Muchos de estos despidos forman parte de las 12 tiendas que cerraron a nivel nacional por “remodelación”, pero que no abrieron más, y los dejaron guindando.
Neveras no sirven desde hace más de tres años
Desolados lucen los anaqueles del Bicentenario en Maiquetía, donde a duras penas logra colarse uno que otro rubro importado, ya que hace meses no reciben productos regulados.
“Por eso ya ni siquiera se hacen colas como antes. Estos espacios no están cumpliendo la función para la cual fueron expropiados”.
La falla más significativa en esta y otras tiendas a nivel nacional, es la falta de red de frío por avería desde hace más de tres años. Según explica el vocero, la falta de mantenimiento dañó las cavas y neveras.
Detalló que cuando era CADA, un grupo de extranjeros les hacía mantenimiento profundo cada cinco años, pero nunca regresaron debido a la expropiación.
“Escuché que había intenciones de reparación con una compañía, pero al haber problemas con el pago del servicio, los trabajos quedaron inconclusos”.
Esta carencia impide ofrecer carne y pollo a precio regulado, que era uno de los principales atractivos de estos abastos, donde las colas se hacían incluso 48 horas antes de la venta.MEM/va