En una cumbre mediante videoconferencia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amenazó este martes a su homólogo ruso, Vladímir Putin, con «fuertes medidas económicas y de otro tipo» si ataca Ucrania, y le pidió rebajar las tensiones y «regresar a la diplomacia».
Biden «expresó las profundas preocupaciones de Estados Unidos y sus aliados europeos sobre la escalada militar de Rusia en los alrededores de Ucrania», indicó la Casa Blanca en un breve comunicado tras la cita.
«Dejó claro que Estados Unidos y sus aliados responderán con fuertes medidas económicas y de otro tipo en caso de una escalada militar», por parte de Rusia, aseguró su oficina.
El mandatario estadounidense «reiteró su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania».
Estados Unidos aseguró que el futuro del gasoducto ruso Nord Stream 2, que transportará gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico, estará en juego si Rusia invade Ucrania, y citó conversaciones con el Gobierno alemán al respecto.
En la frontera entre Rusia y Ucrania se concentran entre 70.000 y 94.000 soldados rusos, de acuerdo a la Inteligencia estadounidense y la de Kiev. EEUU cree que Rusia podría atacar o invadir Ucrania con unos 175.000 soldados, y Kiev calcula que el momento más probable de una nueva agresión rusa sería a finales de enero de 2022.
Por su parte, Putin le dijo a Biden que es la OTAN y no Rusia la responsable de la actual tensión militar en torno a Ucrania y pidió «garantías» de que la alianza no se expandirá hacia el este, informó el Kremlin.
«No hay que poner toda la responsabilidad en los hombros de Rusia, ya que es precisamente la OTAN quien efectúa peligrosos intentos de colonizar territorio ucraniano e incrementa su potencial militar en nuestras fronteras», señala la nota oficial.
Después de una conversación que duró unas dos horas, los dos presidentes «encargaron a sus equipos que den seguimiento» a lo hablado. Estados Unidos planea hacerlo «de forma coordinada con sus aliados y socios», sobre todo en Europa, según la Casa Blanca.
Ambos mandatarios hablaron también sobre el diálogo bilateral entre sus países acerca de la estabilidad estratégica, y sobre otra iniciativa entre Washington y Moscú relativa a los ciberataques con «ransomware», un programa que secuestra los datos del usuario a cambio de un pago para liberarlos.