A pesar del intenso patrullaje policial y militar que se activó en las playas del litoral desde el pasado viernes, los bañistas no dejaron de abarrotar los espacios para echarse su chapuzón, sin temor a las sanciones que esto conlleva ni a contagiarse de coronavirus.
“Necesitamos salir del estrés. Aparte de tantos problemas, no es justo que nos multen por venir a relajarnos, cuando hay más posibilidad de contagiarse en un autobús”, expresó uno de los bañistas.
Cientos de playeros estuvieron jugando al gato y al ratón con la GNB y los policías municipales, quienes no se dieron abasto.
Prestadores de servicios siguen en crisis
Los prestadores de servicios playeros también expresaron su molestia y preocupación ante la negativa de abrir las playas, asegurando que trabajan a todo riesgo porque lo que hacen en medio de la cuarentena les puede traer problemas con las autoridades.
Siguen a la espera de una orden presidencial que les permita trabajar como se debe y sin temor, mientras siguen pasando necesidades, pues no perciben dinero para llevar el pan a sus hogares.
La municipal controló el oeste
Más de 500 bañistas fueron retirados desde Macuto hasta el Balneario de Catia la Mar, área que por órdenes de la Zodi La Guaira, le corresponde a la Policía Municipal, informó Romero Inciarte, director del organismo.
“Desde las 6:00 de la mañana de este lunes estaremos nuevamente en las playas. No es que el Gobernador o el alcalde quieran que la gente no se bañe, sino que hay un riesgo real y se debe controlar. Los prestadores de servicios playeros pueden vender comida para llevar, pero las playas no pueden ser utilizadas”.
Inciarte hizo un llamado a la conciencia colectiva de acatar las medidas planteadas por el Gobierno venezolano, a fin de controlar la pandemia. Detalló que las sanciones aplicadas a quienes no cumplan las normas que plantea la Ley de Convivencia Ciudadana de La Guaira varían entre 2 millones y 10 millones.RM/jd