América Latina y el Caribe se encuentra inmersa en su “cuarta revolución industrial”, que involucra un proceso de innovación tecnológica y que requiere mejorar la productividad del sector de los servicios, invertir en capital humano y reconfigurar la normativa laboral de la región ante la aparición de la automatización y sus consecuencias sobre el mercado laboral.
En un nuevo informe, el Banco Mundial concluye que la aparición de las tecnologías de la automatización, que amenazan con destruir un número sustancial de puestos de trabajo y provocar un desempleo masivo, plantea especial inquietud entre los responsables de la formulación de políticas y los trabajadores.
Aunque el análisis observa que el “desempleo tecnológico” masivo es poco probable, el mercado laboral está experimentando una gran transformación y es necesaria una respuesta urgente por parte de los gobiernos para preparar a la fuerza laboral del futuro.
“Muchos puestos de trabajo en la región corren peligro debido a la menor demanda externa, un periodo prolongado de cuarentenas y aislamientos, problemas de solvencia empresarial y, en algunos casos, crisis financieras”, advierte el estudio.
Además, los precios de los productos primarios, que ayudaron a impulsar el crecimiento durante la llamada Década Dorada (2003-2013), es muy probable que se mantengan estables en el corto y medio plazo. Por lo tanto, la región necesita encontrar fuentes internas de crecimiento, lo que sugiere que se debería dar prioridad a un programa de reformas centrado en el crecimiento de la productividad.