“No estamos a favor de un lado ni de otro. Necesitamos sentarnos, ponernos de acuerdo, no negociar a ver qué es lo que me toca si no hay que poner las cartas sobre la mesa”, expresó el cardenal dando su respaldo a un diálogo.
“Todo tiene su límite e indudablemente esto requiere esa necesidad de tener que oír no a quien yo quiero. Hay que hablar con quien toca y no con quien uno quiere y ese es un gran reto que en estos momentos tenemos como sociedad venezolana”.
Manifestó que no se trata de terrenos ganados o perdidos políticamente, rechazó “la presión y la violencia que está muy presente tanto en estos grupos armados o colectivos, como se llamen, y también por la forma en que lamentablemente actúan los órganos de seguridad».
Expresó que la “realidad responde a una necesidad social falta de luz, agua, gasolina y tantas cosas tienen que hacernos razonar o buscar de manera pacífica pero no de brazos cruzados para que podamos de verdad porque la situación se pone peor”.
Destacó que en el país “son pocos los muertos por el Covid-19 pero son muchos los muertos por la violencia, desnutrición y la falta de lo más elemental”.