“Bachaqueros” compran de todo y amas de casa regresan a casa con las manos vacías

* Autoridades deben garantizar control en las colas de mercados populares

María Elena Moreno [email protected]

Al consultar a los varguenses sobre el decreto de Emergencia Económica, manifestaron no estar del todo esperanzados hasta no observar hechos concretos. Asimismo, coincidieron en que el desabastecimiento no será aniquilado por completo hasta que no se tomen medidas definitivas, si es posible penales, contra los bachaqueros.

De abusadores, oportunista y hasta estafadores es catalogado por muchos este grupo de revendedores que emergió en medio de la crisis alimentaria. Con ganancias de más del 1000% especulan a los usuarios que muchas veces ceden ante la necesidad.

Con tanta especulación, la diferencia entre los precios controlados y los precios de mercado es de 2.260,04%, según el último reporte del Cendas, obligando al ciudadano de a pie a tener en el bolsillo no menos de 9,7 salarios mínimos para poder adquirir la canasta alimentaria que ya ronda los 100 mil bolívares.

Jesús Soto asegura que “ni temor a las autoridades tienen, pues se meten en las colas varias veces y arman su tarantín frente a los negocios donde compran como si nada. Es lamentable que el que de verdad necesita y hace la cola regrese con las manos vacías”.

A juicio de Germán Morantes, sin cola no hay mercado en la nevera. “Todo hace falta, nada se consigue. Deben multar o tomar acciones reales porque cada vez estamos peor”.

Nada de captahuellas

Los supermercados y negocios privados son su lugar favorito para comprar. Según comentan los encargados, los revendedores se instalan desde antes de las siete de la mañana y no se mueven hasta que no lleguen los camiones.

“Pasan cuantas veces les da la gana y no se les puede decir nada, pues amenazan con agredirnos. A veces saben primero que nosotros qué productos van a llegar. No sabemos nada de la promesa de captahuellas que llegarían para acabar con el problema”, dijo un encargado que prefirió el anonimato. Fotos: Nelvis Galindo

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