El alto al fuego pactado el pasado sábado quedó finalmente hecho añicos después que el ejército azerbaiyano anunciara haber bombardeado «sistemas de lanzamiento de misiles» desplegados en la noche en territorio armenio y que, según Bakú, servían para atacar a Azerbaiyán.
La portavoz del ministerio de Defensa de Armenia, Shushan Stepanian, confirmó los ataques contra su territorio, pero negó cualquier intento de atacar zonas civiles en Azerbaiyán.
Nagorno Karabaj, un territorio mayoritariamente poblado por armenios, hizo secesión de Azerbaiyán poco antes de la caída de la Unión Soviética, provocando una guerra que causó 30.000 muertos y centenares de miles de refugiados de ambos campos en los noventa.
Después de casi 30 años de estancamiento diplomático, el presidente azerbaiyano Ilham Alyev juró recuperar el control de este territorio, inclusive por la fuerza si fuese necesario. Los beligerantes se acusan mutuamente de la responsabilidad de estas nuevas hostilidades que han causado más de 600 muertos, según informes parciales, ya que Azerbaiyán no comunica las muertes entre sus tropas.