Avión con equipo de fútbol Chapecoense de Brasil se estrelló en Medellín
La aeronave, que partió desde Santa Cruz, en Bolivia, trasladaba al Chapecoense al aeropuerto internacional José María Córdova, en Medellín.
El equipo, originario del sur de Brasil y que había iniciado su viaje en Sao Paulo, iba a jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional el miércoles en la ciudad colombiana.
Las autoridades colombianas no descartan la posibilidad de que el vuelo chárter que llevaba a un equipo de futbol de Brasil a Medellín se quedase sin combustible antes de chocar, dijo el jefe de la agencia de aviación civil del país.
La comunicación con funcionarios de aviación bolivianos sugiere que la aeronave sufría problemas eléctricos, explicó Alfredo Bocanegra en declaraciones desde el centro de mando de la operación de rescate.
«Lo que iba ser una fiesta terminó siendo una tragedia», dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, desde el centro de mando de la operación de búsqueda y rescate.
En un breve comunicado publicado en su página de Facebook, el club dijo: «Que Dios esté con nuestros atletas, dirigentes, periodistas y demás invitados que están con la delegación».
Brasil y la CONMEBOL, confederación sudamericana de fútbol, ofrecieron sus condolencias a toda la comunidad de Chapeco. La CONMEBOL explicó que el presidente del ente, Luis Domínguez, estaba viajando a Medellín. Todas las actividades fueron suspendidas hasta nuevo aviso, agregó.
Elkin Ospina, alcalde de La Ceja, una localidad próxima a la zona del siniestro, explicó que los rescatistas que trabajaron durante la noche se animaron tras sacar a tres pasajeros con vida de entre los escombros.
Autoridades y rescatistas fueron alertados de inmediato, pero un helicóptero de la fuerza aérea tuvo que regresar por la escasa visibilidad. Las fuertes precipitaciones en la zona complican la búsqueda nocturna y se pidió a periodistas que se mantengan alejados de la zona cero del choque y de las carreteras para facilitar el acceso de ambulancias y equipos de emergencia.
La televisora local emitió imágenes de ambulancias que trasladaron a tres hombres a un hospital en camillas, cubiertos con mantas y con un gotero intravenoso. Todos parecían estar vivos y se reportó que uno de ellos era el defensa del Chapecoense Alan Ruschel.
A bordo de la aeronave viajaban 72 pasajeros y 9 miembros de la tripulación. La radio local dijo que el mismo avión trasladó a la selección de Argentina a Brasil para un juego antes este mes y antes llevó a la de Venezuela.
British Aerospace, que ahora opera con el nombre BAE Systems, dijo que el primer 146 despegó en 1981. Según la empresa, hasta noviembre de 2013 se construyeron menos de 400 ejemplares —incluyendo su predecesor Avro RJ — en Gran Bretaña. Alrededor de 220 siguen en activo con diversas funciones, incluyendo lucha contra incendios y servicios nocturnos de mercancías, agregó.
Un video publicado en la página de Facebook del Chapecoense mostraba al equipo preparándose para tomar el vuelo antes el lunes en el aeropuerto internacional Guarulhos de Sao Paulo.
El club de la pequeña ciudad brasileña de Chapeco ascendió a la primera división del futbol brasileño en 2014 por primera vez desde la década de 1970. La semana pasada se clasificó para la final de la Copa Sudamericana — el equivalente a la Liga Europa de la UEFA— tras derrotar en el camino al San Lorenzo y a Independiente, ambos argentinos, y al Junior de Barranquilla, en Colombia.
El equipo es tan humilde que su estadio, con capacidad para 22.000 personas, fue descartado por los organizadores del torneo por ser demasiado pequeño para la final, que se trasladó a 480 kilómetros (300 millas) al norte a la ciudad de Curitiba.
«El Chapecoense es el mayor motivo de alegría en la ciudad», señaló el vicepresidente del club, Ivan Tozzo, a la televisora brasileña SporTV. «Hay mucha gente llorando en nuestra ciudad».
El futbolista argentino Alejandro Martinuccio se salvó de ser víctima de la tragedia aérea que envolvió el martes a su equipo Chapecoense de Brasil, ya que por una lesión no formó parte de la delegación.
«Me salvé porque me lesioné», declaró el atacante Martinuccio a la radio argentina La Red. «Siento un profundo dolor; lo único que puedo pedir es que recen por mis compañeros que estuvieron en el viaje».
Surgido en Nueva Chicago de Argentina, Martinuccio además de Chapecoense defendió a los equipos Coritiba, Ponte Preta, Cruzeiro y Fluminense, todos de Brasil, además de Villarreal de España y Peñarol de Uruguay.
El equipo es tan humilde que su estadio, con capacidad para 22.000 personas, fue descartado por los organizadores del torneo por ser demasiado pequeño para la final, que se trasladó a 480 kilómetros (300 millas) al norte a la ciudad de Curitiba.
«Esto es increíble, estoy caminando sobre el pasto del estadio y siento que estoy flotando», dijo Andrei Copetti, vocero del equipo, a The Associated Press. «Nadie entiende como una historia que eran tan increíble pudo sufrir un revés tan devastador. Para mucha gente aquí todavía no es una realidad».
El avión que trasladaba a un equipo de la primera división brasileña desde Santa Cruz, en Bolivia, y se estrelló en Medellín, Colombia, era propiedad de una empresa venezolana, dijeron autoridades bolivianas.
Cesar Torrico, portavoz de la agencia de aviación civil de Bolivia, señaló que la aeronave llegó antes el lunes procedente de la ciudad de Cochabamba y recogió al plantel brasileño en el aeropuerto Viru Viru de Santa Cruz. Según Torrico, el aparato fue inspeccionado antes de partir hacia Colombia sin que se reportaran problemas.
La aerolínea LaMia tenía su sede en la ciudad venezolana de Mérida hasta que se trasladó a Santa Cruz, agregó el vocero explicando que en el pasado, la empresa trasladó a varios equipos bolivianos y al Atlético Nacional de Medellín a partidos en toda Sudamérica.
Autoridades de aviación brasileñas dijeron que negaron la petición de LaMia para realizar el vuelo chárter directamente desde Sao Paulo, alegando que solo una empresa brasileña o colombiana tiene permiso para realizar esa ruta.