Después de tres años de litigio, la ONG belga Corvia anunció que recibió autorización para abrir el primer buzón para abandonar recién nacidos de forma anónima en el distrito de Evere, en Bruselas.
El Consejo de Estado anuló la prohibición que había emitido el exalcalde del distrito Pierre Muylle en 2017. Varias ONG defienden que la existencia de dispositivos para dejar recién nacidos no incita al abandono, sino que ofrece una opción a las madres de dejar a su hijo con seguridad.
“Nos felicitamos, porque cada niño debería tener derecho a un futuro”, declaró a ese medio la portavoz de Corvia, Mathilde Pelsers, al tiempo que confió en poder abrir el buzón oficialmente a principios de octubre.
Pero los buzones de bebés no son algo nuevo. Pese a lo polémico del tema, en Bélgica se instaló un primer dispositivo de este tipo hace 20 años en Amberes.
También existen en otros países de Europa e incluso en hospitales de Estados Unidos, donde se defiende que es preferible este tipo de dispositivos que garanticen la vida de los niños, a que sean abandonados en la calle.