María Elena Moreno, memlaverdad@gmail.com.- Recorrer decenas de comercios de venta de repuestos, pegar parches para que el caucho aguante y zanquear por el interior del país a ver si se les hace el milagro es el pan de cada día de los trabajadores del volante quienes además deben lidiar con precios exorbitantes que los tienen entre la espada y la pared, así lo expreso Francisco Quevedo, presidente de Cetravargas.
“Estamos viviendo una situación crítica. En un año el alza ha sido casi del mil por ciento, es increíble la diferencia de precios en todas las piezas. Reparar nos cuesta muchísima sobre todo porque no hay. Un caucho que en enero costaba cinco mil bolívares actualmente se consigue sobre los 55 mil bolívares. El aumento del pasaje se ha quedado muy corto porque la inflación está galopante”.
No hay para pagar a los mecánicos
Comenta que en el caso de las unidades Iveco muchos choferes han tenido que movilizarse a Cagua, Guarenas o Guatire a ver si corren con suerte. Muchos han tenido que prescindir de la mano de obra de los mecánicos porque el bolsillo no da para más.
“Hemos tenido que convertirnos en mecánicos y latoneros. Actualmente para hacer un motor de gasolina hay que pagar hasta 90 mil bolívares al mecánico sin incluir los repuestos. En el caso de el de diesel, que es el de más uso en Vargas, esa cantidad asciende a Bs. 150” agregó.
Insistió en que de darse un ajuste en el precio de la gasolina éste no implicaría en el precio del pasaje pues son estas alzas en los precios de los repuestos los que han justificado los ajustes. /MEM