Aumentos de la carne dejan sin salado a los hogares de Vargas
María Elena Moreno, [email protected] Cada vez es más difícil para las amas de casa garantizar una alimentación balanceada, ya que los precios de la proteína animal no paran de subir. Sobre los 4.700 bolívares se ubica el kilo de carne, lo que representa un salto de más del doble, respecto a hace dos semanas, cuando el precio no era mayor a 2.200 bolívares.
Raúl Pereira, encargado del frigorífico El Oasis de la Carne en Catia la Mar, asegura que estas alzas rara vez vienen acompañadas de razones, y que hasta ahora solo escuchan que se deben a la falta de vacunas y vitaminas para el ganado. “El consumo ha bajado muchísimo. Ejemplo de ello es que antes pedíamos hasta 12 reses a la semana y ahora solamente una, que tarda en venderse”.
En los supermercados los relatos son similares y algunos prescindieron de la venta de los productos cárnicos.
Aumenta demanda de riñonada y empanizados
Lo que más se está vendiendo son los empanizados y la riñonada, que antes tenía una demanda mínima. “La gente la compra porque cuesta 1.300 bolívares el kilo, es lo más barato. De carne se llevan molida, que igual está cara pero rinde más”.
Los empanizados están sobre los 2.700 bolívares. “No todos tienen para gastar tanto en un par de bandejas. Tratamos de mantener los precios, pero los aumentos nos sorprenden”.
“El dinero no permite comer completo”
En tres y dos están las amas de casa, a las que poco a poco se les han ido agotando las opciones para resolver. Ana Mendoza asegura que le toca comprar un poquito de salado para no dejar de incluirlo en las comidas.
“Todo está caro o no se consigue. Hacer mercado se ha vuelto una pesadilla. Cargo un banquito para todos lados, porque donde veo una cola me quedo. El precio de la carne me impactó, ya no se qué vamos a comer”.
Por su parte, María Villasmil manifiesta que en las últimas semanas ha optado por el pollo. “No como granos ni enlatados porque también están por las nubes. Compro las bandejas que traen unos muslos y los preparo en consomé. Soy diabética y debo seguir una dieta especial, pero en tiempos de crisis es una agonía”. /MEM/ar