El gigantesco desprendimiento de tierras que arrasó el sábado la villa costera de Atami, en el centro de Japón, dejó cuatro víctimas mortales y al menos 64 personas desaparecidas, indicaron este lunes las autoridades en un nuevo balance provisional.
A lo largo del lunes, soldados y socorristas, utilizando pértigas y excavadoras, despejaron montañas de escombros y se abrieron paso entre el barro en una búsqueda de sobrevivientes cada vez más desesperada.
Alrededor de 130 casas y otros edificios quedaron destruidos o dañados cuando el deslave arrasó una zona residencial, dejando un paisaje desolador de casas destruidas, carros volcados y montones de escombros en un enorme lodazal.
El lunes hubo órdenes de evacuación no obligatorias para 35.700 personas en el país, principalmente en la prefectura de Shizuoka.
Gran parte de Japón se encuentra actualmente en plena temporada de lluvias, que suele provocar inundaciones y corrimientos de tierra.