Una explosión frente a una iglesia católica en la ciudad de Macasar ha dejado 14 heridos y mientras que los dos terroristas que activaron la bomba murieron. El estallido se produjo cuando los fieles salían de un servicio religioso con motivo del Domingo de Ramos.
Wilhemus Tulak, sacerdote de esa iglesia, aseguró que uno de los presuntos atacantes intentó ingresar el recinto en una motocicleta, pero un guardia lo detuvo.
La policía identificó a uno de los atacantes como integrante de Jamaah Ansharut Daulah, un grupo involucrado en un ataque en Filipinas en 2018 que dejó 30 muertos.
El grupo también habría perpetrado el que ha sido hasta ahora el ataque más grande de Indonesia. En mayo de 2018, dos familias llevaron a cabo una serie de atentados suicidas con bombas en iglesias en la ciudad Surabaya. Más de 20 personas fallecieron, incluidas dos niñas.
«Condeno enérgicamente estos actos de terrorismo y he ordenado al jefe de Policía que investigue a fondo a los culpables y descubra a las redes responsables», expresó el presidente indonesio, Joko Widodo.
El mandatario dijo que el terrorismo es un crimen de lesa humanidad y que no tiene nada que ver con la religión. Mohammad Mahfud, ministro coordinador de asuntos políticos, legales y de seguridad, advirtió que los perpetradores “continuarán siendo perseguidos”.