El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Haití denunció ayer los ataques lanzados contra convoyes humanitarios y la lentitud de la llegada de ayuda para las víctimas del huracán Matthew, que devastó el sur del país la semana pasada.
“Desafortunadamente, hay personas que tratan de tomar ventaja de este esfuerzo humanitario y hemos perdidos debido al robo, cantidades de alimentos”, dijo Carlos Veloso, director del PMA, una agencia de la ONU.
“Esto retrasará todo nuestro esfuerzo para llevar alimentos a la población, o de otra manera, deberemos tomar medidas demasiado caros en helicóptero y no vamos a poder transportar las mismas cantidades a los mismos lugares”, lamentó.
Una semana después del paso devastador del huracán sobre Haití, el cólera alcanzó a habitantes de zonas aisladas: muchos convoyes humanitarios fueron bloqueados por barricadas y, en algunos casos, robados sobre la ruta nacional que atraviesa la península sur.
El fracaso de la gestión tras el terremoto en 2010, en el que sólo una fracción de la ayuda fue recibida por las víctimas, se encuentra en la memoria y las familias afectadas por el huracán temen ser olvidadas.
“Comprendo la desesperación de la gente pero nos deben dejar pasar la asistencia. Hay lugares que la van a recibir ahora y otros en una segunda fase pero debemos hacerlo de una forma organizada porque no podemos llegar a todas las localidades al mismo tiempo”, acotó.
El huracán Matthew destruyó un importante del territorio y, en algunos lugares, todas las plantaciones y más de 750.000 personas necesitaban ayuda alimentaria de emergencia, de acuerdo con estimaciones parciales del PMA.
Desde la semana pasada, más de 700 toneladas de alimentos fueron transportadas por la PMA al departamento sureño de Grand-Anse, incluyendo 192 toneladas que ya fueron distribuidas a 23.000 personas. Informes locales indicaban que incluso antes del pasaje del huracán unos 3,2 millones de habitantes estaban en situación de inseguridad alimenticia.
Se precisarán 45 millones de dólares para garantizar la respuesta alimenticia de urgencia a las 750.000 personas más necesitadas y unos seis millones de dólares adicionales para financiar la logística de esa ayuda.