Lismar Angulo y José Azuaje, de 20 y 33 años de edad, respectivamente, fueron asesinados en las cárceles en los que fueron recluidos, al ser culpados por la muerte de una bebé de dos años.
Un vocero de la Policía Regional (PR) informó que el padrastro de la niña (Azuaje), acusado de trato cruel, violación y asesinato, fue recluido en el retén policial de Trujillo por la mañana del sábado, 10 de octubre, y 36 horas después los internos “le cobraron” su saña, propinándole no menos de 30 puñaladas.
El hombre tenía historial por agresión a la mujer y hurto agravado.
La madre de la víctima (Angulo) corrió con la misma suerte de su pareja. Las internas del retén femenino de la PR en La Plazuela de Trujillo le quitaron la vida a golpes. Tras los hechos, la policía inició las investigaciones para dar con los responsables.
Ambos fueron arrestados la tarde del 8 de octubre después de que médicos reportaran la muerte de la niña, hija de Angulo, por un severo golpe en la cabeza. La bebé, que el 9 de octubre cumpliría tres años, tenía signos de maltrato, quemaduras de cigarrillos en la espalda, y después de practicarle los estudios médicos legales, el resultado del protocolo de la autopsia reveló signos de violación.
La niña había sido ingresada con un cuadro grave de salud a la emergencia del Hospital Central de Valera. Al verse acorralada, Lismar Angulo rompió el silencio y reveló el maltrato a manos de su pareja.
El asesinato de la pequeña ocurrió en la casa de la pareja en la vereda 24 de la calle 3 de la urbanización Plata III al norte de Valera, estado Trujillo.