Este miércoles 10 de mayo se cumplen 134 años del natalicio del Pintor de la Luz y los cultores de La Guaira esperan como regalo la reactivación del Premio Municipal de Artes Plásticas Armando Reverón.
“Exigimos a las autoridades municipales, especialmente al alcalde José Manuel Suárez, que en este nuevo aniversario se entregue el Premio Municipal a aquellos artistas plásticos de nuestra región como incentivo y reconocimiento a su labor tanto artística como creativa”, manifestó el vocero comunitario Nelson Galvis.
Piden una vez más la recuperación del anexo del Castillete que fue demolido después de la tragedia de 1999. Allí se exhibían muchas de sus pinturas que lo inmortalizaron como uno de los mejores artistas plásticos de su época. En ese lugar también se exponían muchas obras de pintores regionales y se realizaban actos culturales. En la actualidad está abandonado pese a las promesas de su recuperación.
“En la parroquia de Macuto los vecinos se reunían frente a su Castillete en las 15 Letras y celebraban la Fiesta de Cruz cómo siempre lo hacía Reverón. Se invitaban a los macuteños y se entonaba muchas décimas en honor a esa bella Cruz de Mayo, la cual estaba adornada por lindas flores. Se acostumbraba preparar en su homenaje una rica sopa para todos los invitados a su cumpleaños”.
Artista de mayor trascendencia
Armando Reverón es el artista venezolano de mayor trascendencia en la historia del arte nacional. Su particular obra pictórica, muñecas de trapo, objetos y El Castillete han sido motivo de exhaustivos estudios para muchos críticos y amantes del arte. Su obra fue exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 2007.
De niño es enviado a Valencia, donde recibe su primera educación, incluso se acerca a la pintura. En 1908 se inscribe en la Academia de Bellas Artes en Caracas y en 1911 recibe una beca para estudiar en España, donde ingresa a la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, y a la Academia de San Fernando en Madrid. En 1918 conoce a Juanita Ríos, quien se convertirá en su modelo y esposa.
En 1921, con 32 años de edad, se muda a Macuto, donde construirá su casa-taller El Castillete, en el que la complejidad de su trabajo se extiende a ese mundo que crea.
Su obra pictórica está dividida en tres períodos bien marcados: el Azul, iniciado en 1920, del que destaca La Cueva; el Blanco, entre 1924 y 1934, en el que explora de manera incisiva el impacto de la luz del trópico sobre los objetos, destacan: La hamaca y La Lectura; y el Período Sepia, iniciado en 1933, sobresale La maja criolla.
La vida de Reverón estuvo cargada de inestabilidad emocional desde su infancia, y se manifestó en crisis psiquiátricas que no agotaron su capacidad creadora. Luego de un año en la clínica de Báez Finol, muere en Caracas el 18 de septiembre de 1954. Sus retos se encuentran en el Panteón Nacional desde el 2015.