En el año 2011, Arlene Rodríguez tuvo la idea de innovar con un concepto muy europeo, el cual busca que tanto madres como hijas lleven la misma prenda. Sin embargo, debido a sus ocupaciones laborales postergó el proyecto hasta el 2016, cuando decide arrancar con Arisa Swimmer.
“Este proyecto resultó ser para mí una suerte de catarsis liberadora, ya que eran momentos realmente difíciles, pero gracias al apoyo de mi esposo y muchos de mis familiares y amigos lo pude ver materializado”.
Asegura que la motivación a no decaer al comienzo siempre fueron sus hijos, pues durante los dos primeros años tenía el reto de crear un producto de calidad.
Posteriormente vino la pandemia, momento en el que no dejó de trabajar, aunque la mayor problemática se presentó en la cadena de suministro de materia prima, pues su marca trabaja con productos internacionales.
“Buscamos ofrecer lo mejor a nuestros clientes, de allí que trabajamos con las mejores telas y materiales. Además, quien desee emprender con un negocio como este debe segmentar su público y conocer para quién trabaja, de esa manera el éxito estará garantizado”.
Entre las piezas más vendidas se encuentran los bañadores de dos piezas a un precio de 30 dólares, los after pool en 20 y los trajes de baños enterizos en 35 y 40 dólares.
Quien desee adquirir alguna prenda puede solicitarla a través del Instagram de la marca @arisaswimwear, así como conocer todos los modelos y colores que ofrece esta línea de pendas. GH/jd