El gobernador republicano de Texas, Gregg Abbott, firmó tres leyes encaminadas a frenar la inmigración irregular, una de ellas enfocada directamente contra quienes ingresen sin permiso al territorio estatal.
Se espera que la legislación entre en vigor en marzo y tipificará como nuevo delito estatal el ingreso o reingreso ilegal a Texas, con penas que van de 180 días de cárcel a 20 años de prisión.
La nueva ley otorga el derecho a cualquier policía de Texas a detener a sospechosos de haber entrado ilegalmente.
Una vez bajo detención, podrían aceptar la orden de un juez del estado de abandonar EEUU o ser procesados por un delito menor de entrada ilegal. Los inmigrantes que no acaten la orden podrían ser detenidos de nuevo por delitos graves.
Abbott enumeró en tuits los logros de su denominada Operación Lone Star, la que según informó, dejó “más de 489.500 detenciones de inmigrantes ilegales, más de 37.500 detenciones de criminales, incautadas más de 450 millones de dosis mortales de fentanilo y más de 80.000 migrantes trasladados en autobús a ciudades santuario”.
También firmó una ley que ofrece un apoyo financiero de 1.500 millones de dólares a la construcción del muro fronterizo, iniciado por el expresidente de estados Unidos Donald Trump. El otro proyecto de ley castiga con altas penas de cárcel el tráfico de personas.
El gobernador republicano cargó contra el actual presidente Joe Biden por su política migratoria mientras elogió los resultados de las estrategias de Trump.