Bank of America Merrill Lynch preguntó a 54 analistas y especialistas en economía venezolana que con cuál gobierno habría mayor probabilidad de cesación de pago de la deuda externa, 52% de las respuestas indican que con el gobierno de Nicolás Maduro.
Los números también muestran que 11% de los consultados piensa que en caso de que el gobierno esté en manos de otro líder del chavismo, se produciría un default. El banco preguntó a los especialistas que si creían que un gobierno militar podría caer en cesación de pago: 16% contestó afirmativamente
En caso de que se produjera un gobierno de transición, 18% de los encuestados respondió que habría altas posibilidades de que el país dejara de cancelar los compromisos de deuda.
El estudio indica que 2% de los entrevistados señala que el gobierno que tendría más probabilidades de caer en default sería uno de oposición. “Esos resultados contrastan con la preocupación de muchos actores del mercado internacional con respecto a la posibilidad de que la oposición quiera reestructurar la deuda externa”, dice el documento.
La mayoría de los consultados comparte la visión de que Venezuela continúa pagando sus obligaciones de deuda debido al gran costo que implicaría dejar de hacerlo. “Por lo menos 30% expresa su preocupación de perder los mercados financieros y tiene temor de afectar las ganancias petroleras como consecuencia de decretar una cesación de pago”.
En la encuesta 15% de las respuestas coincide en que en el gobierno consideran que dejar de honrar la deuda no es la manera correcta de proceder, y 4% opina que la está pagando por temor a retaliaciones de Estados Unidos.
Costo interno
Bank of America calcula que para finales de 2015 el país habrá recortado 34,3 millardos de dólares en importaciones de bienes y servicios. El monto representa una caída de 46,6% con respecto a 2012. “A pesar de su magnitud, esta cifra no es suficiente para acortar la brecha que existe por la pérdida de 51 millardos de dólares en ingresos petroleros desde 2012, más de 50%”. Esto implica, según el informe, que se continuará produciendo una merma de los activos de la nación por lo menos a corto plazo. El banco señala: “Dada la magnitud del choque y la necesidad del ajuste, sería duro criticar a un país por utilizar sus activos para suavizar esta transición”.
Indica que el problema central del racionamiento como mecanismo de aprobación de recursos no es solo que es insostenible, sino que también resulta demasiado costoso. Al racionar el acceso a las divisas, el gobierno venezolano está vendiendo su principal recurso, obtenido a través de los ingresos, a un precio artificialmente bajo. “Hemos calculado que el costo total de mantener estos subsidios de vender dólares al sector privado, las importaciones públicas directas de bienes de consumo y la venta de la gasolina y la electricidad a un precio cercano a cero, será de 38,2 millardos de dólares al cierre de 2015, lo que equivale a 83% de los ingresos por exportaciones”.
El banco estadounidense destaca que un gobierno que está “regalando” sus ingresos es muy probable que termine imprimiendo dinero y así monetizar el déficit fiscal.
El dato
La disfuncionalidad de la economía, que conduce a que los consumidores estén pagando por mantener un tipo de cambio subsidiado con una alta inflación significa un alto costo en el bienestar de los venezolanos, considera Bank of America. Sin embargo, el informe señala que esta situación en nada tiene que ver con la sostenibilidad de las cuentas externas de la nación.