Valerie Calderón
A la mayoría de los ambulatorios de La Guaira el paciente debe llevar algodón, guantes, alcohol y hasta jeringas, ya que no cuentan con lo mínimo para trabajar.
En el Sabaneta de Barinas, en el Urbanismo Hugo Chávez, trabajan desde las 5:30 de la mañana hasta las 12:30 del mediodía, aplican vacunas a los niños, y solo pasan consultas de niño sano y prenatal, pero no entregan ningún tipo de medicinas o vitaminas porque no tienen disponibilidad.
“No nos sirve de nada tener un centro de salud cerca si no tiene medicamentos para atendernos, si se presenta una emergencia solo refieren a otro lugar y listo, eso no debería ser así”, expresó Carmen Bolívar, residente del urbanismo.
Por otro lado, el ambulatorio Catamare, en Catia la Mar, solo atiende medicina general y carecen de todo, ni siquiera les facilitan material de bioseguridad al personal. Al centro acuden alrededor de 50 pacientes al día, mayormente con infecciones respiratorias y síndromes diarréicos agudos. Además, de manera frecuente, llegan hipertensos, diabéticos y asmáticos a las consultas.
El personal no tiene aire acondicionado, solo un ventilador que fue donado por un señor de la comunidad, tampoco tienen agua ni materiales de sutura. Mensualmente colocan anticonceptivos, pero las mujeres tienen que llevar jeringa, algodón y alcohol para la aplicación.
El material de bioseguridad lo adquieren los mismos trabajadores con el poco dinero que ganan, porque no envían tapabocas ni guantes para que el personal se mantenga protegido ante el covid-19.