José Ángel Maicabares
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La osamenta del comerciante Martín Rafael Hidalgo (54), fue hallada enterrada y quemada, este sábado en horas de la mañana en su finca en Osma, Caruao, por la Dirección de Investigaciones de Delitos Contra las Personas del CICPC, Caracas.
El empresario había desaparecido el 15 de noviembre, y a los pocos días a sus familiares les llegó un mensaje de su celular, indicando que estaba en tratamiento médico en otro país, cosa que les pareció rara ya que gozaba de buena salud.
En diciembre recibieron instrucciones por whatsapp, para que se trasladaran al Registro Público de La Guaira y firmaran los documentos de venta de tres de sus propiedades, “ya que necesitaba más dinero para el tratamiento”.
La situación se tornaba rara, por lo que su hermana interpuso la denuncia el 29 de enero ante el CICPC. Los investigadores descubrieron que Hidalgo tenía las cuentas en cero, llevándolos a deducir de que se trataba de una estafa.
Rastreando los mensajes, ubicaron a Migdali Vanessa Molander Pérez, quien se encargaba de manipular el teléfono, y confesó que ella, su pareja José Alberto Sánchez Batista y tres cómplices: Abraham, Freddy y Rubén, habían secuestrado y asesinado a Martín, para despojarlo de sus bienes.
Relató que le segaron la vida en el mismo mes de noviembre, mediante asfixia mecánica, trasladando el cadáver hasta una zona boscosa cercana a Osma, donde lo quemaron y enterraron.
La victimaria desde el teléfono de la víctima le escribía a los familiares para distraerlos, mientras adelantaban sus planes.
Temen impunidad
Allegados a Martín informaron que Sánchez Batista por pertenecer a una familia poderosa, al ser hijo de la ex jefe civil de La Guaira y concejala, Fanny Batista, buscan ejercer sus influencias para que los tribunales, donde ya compareció, lo condenen a una pena leve, para luego sacarlo bajo fianza.
Sánchez Batista compartía un vinculo de amistad con Hidalgo, quien según sus allegados, era muy colaborador y gozaba de una intachable reputación en el litoral.
Se tuvo información, que por la venta de tres propiedades, los tres homicidas que se encuentran fugados, recibieron 30.000 dolares, quedando la pareja de detenidos con el resto del dinero, con el cual compraron vehículos, un local comercial y otros bienes.