“Ya no sabemos cómo estirar la comida. Por eso toca reducir los tres platos a los que uno estaba acostumbrado”, expresa consternada Alida cuando se le pregunta qué come.
Ella no es la única que no encuentra qué hacer para alimentar a su familia, Miriam Carrillo asegura que “todos los días salgo a comprar y cada semana hay precios diferentes; uno no sabe qué más hacer. Verduras y más aliños es lo que me he resultado hasta ahora para poder rendir las comidas”.
Marian Martínez dice que cuando llegan las bolsas del CLAP “uno trata de estirar los productos para dos o tres semanas y para eso hay que acompañarlos con el salado más barato, que es la sardina, o cualquier tipo de pescado económico. El pollo y la carne solo se comen si acaso una vez al mes y eso porque todos en la casa trabajamos”.
Añade que “lo principal es alimentar al niño y mandarle su comida para la escuela”. Manifiesta que el pequeño tiene tres años “y preferimos no comer nosotros antes que dejar de darle su ración de comida”./GS/va