Con 35 años, Allyson Felix entra en por la puerta grande en el libro de las leyendas del olimpismo. La velocista estadounidense dio una vuelta a la pista en 49.46 los 400 metros para ganar el bronce, tras la poderosa bahameña Shaunae Miller Uibo (48.37) y la sorprendente dominicana Marileidy Paulino (49.20).
Esta fue la décima medalla de Felix, cifra mágica con la que iguala a Carl Lewis y supera a Merlene Ottey como la mujer de atletismo que más tiene.
«Fue una lucha llegar hasta aquí. Cuando era más joven, nunca pensé que sería difícil entrar ya en una final, pero te vas haciendo mayor. Solo tienes que ser más inteligente y resolverlo», explicaba la californiana en la zona mixta del estadio olímpico ante decenas de periodistas, reseñó AS.
Madre de la joven Camryn tras un embarazo y un parto complicado, Allyson se había prometido volver esta temporada al máximo nivel. Con problemas con su marca comercial anterior (Nike) apostó por un sponsor desconocido (Athleta) y le fabricaron unas zapatillas específicas a medida. Para rejuvenecerse, llegó a su grupo Sydney McLaughlin, la joven plusmarquista de 400 vallas que sacó de Allyson lo mejor, siempre bajo la supervisión de Bob Kersee.
Corrió Felix los exigentes Trials USA y se clasificó sin problemas. Y así, con una versión más mejorada aún, aterrizó en Tokio. Pasó con facilidad de ronda, aunque le tocó la complicada calle 8 en esta final. Sin referencias, pero Allyson se conoce demasiado bien. Sabe el ritmo, las zancadas, todo lo que hace falta para ser una medallista.
Llegó a la última recta fuerte, en podio, con Miller-Uibo a una eternidad y la pujante Paulino por delante. Ella tenía que controlar a las jamaicanas McPherson (49.61) y McLeod (49.87) y lo hizo. «Me gustaría ser una inspiración para todas las madres, que vean que es posible volver a donde estabas».
Medalla desde Atenas 2004
Lo más brutal del récord de medallas de Allyson Felix es que la primera llegó en Atenas 2004 (plata en 200) y desde entonces ha sumado en todos los Juegos. En Pekín 2008 (oro en 4×400 y plata en 200), en Londres 2012 (tres oros: 200, 4×100 y 4×400), en Río 2016 (plata en 400 y oro en 4×100 y 4×400) y ahora llega este, su primer bronce. «No pensé que volvería a estar en esta situación».
Allyson Felix tendrá una opción ahora de desempatar en el olimpo con Carl Lewis, el hijo del viento, porque tiene previsto correr este sábado en la final de 4×400 con Estados Unidos. Sería la medalla número 11. «Felicidades Allyson, estás mejor que nunca a los 35», le escribió en un mensaje Lewis. Una leyenda.