Negras se las están viendo las amas de casa para alimentar a sus familias, sobre todo por la escasez y los altos precios de los alimentos. En algunos casos desayunan solo pan con jugo, porque la charcutería está muy cara.
La alimentación de los varguenses se ha visto ajustada a lo que se pueda conseguir. La tradicional arepa brilla por su ausencia, al igual que la pasta y el arroz, los cuales tienen varias semanas que se no venden en los negocios de Maiquetía, según comentan los comerciantes.
Los que pueden desayunar se aguantan hasta la cena para meterle algo al saco. “Yo dejo de comer por dárselo a mis hijos, ellos están en período de crecimiento y lo necesitan más que yo. En el desayuno comemos pan, y eso es una renta porque un sobado no baja de los 400 bolívares; no compro canillas porque parecen señoritas”, manifiesta Miguel Navarro.
El almuerzo lo resuelven con sardina frita, verduras y hortalizas. “De vez en cuando se compra pollo, pero no me puedo dar ese lujo todo el tiempo. No nos estamos alimentando bien. Antes se comían las tres papas con merienda incluida, ahora si comemos dos veces es mucho”, dice Gregorio Silva. LB/va