“Nuestra flota falla porque no se consiguen cauchos buenos y económicos. Los autobuses que todavía trabajan tienen los neumáticos lisos, en cualquier momento nos podemos quedar sin carros”, alerta Santiago Torresglosa, fiscal de Líneas Unidas de La Costa Sucesora, que cubre la ruta Anare-Camurí-Los Caracas, en Naiguatá.
Explica que de 16 buses que conforman la organización, solo siete están operativas. “No es posible que un alternador supere los Bs. 150.000, cuando hace menos de dos años no superaba los Bs. 20. Los repuestos han aumentado demasiado de precio y los choferes no pueden adquirirlos”.
Destaca que en varias ocasiones han solicitado a Fontur renovar los buses que están deteriorados por unos nuevos, a fin de prestar un servicio de calidad, pero no se ha logrado.
“Nos dicen que no hay autobuses, que tenemos que esperar porque hay otras prioridades. Nuestros carros no son suficientes para atender a toda la población. Lo único que traen son taxis y nosotros rogando que no se nos dañen porque no tenemos las condiciones para trabajar”.
Dice que una gran parte se encuentra en malas condiciones de carrocería y asientos. “Se les ha dado mucho uso y llegó el momento de cambiarlos. Soportan agua, sol y continúan rodando”.
Asimismo, el socio de la organización, Ramón Casare, señala que pasó más de un mes y medio con su autobús accidentado por cauchos. “Me consiguieron unas chivas y con eso es que medio he podido resolver durante estas dos semanas, pero eso no quiere decir que esté bien, porque es un riesgo para los usuarios y para mi”.LB/yg