María Lourdes Arráez.- “En vez de dedicarse a mejorar el funcionamiento del sistema para que los contribuyentes puedan cancelar sus impuestos a ver si pueden ser invertidos en programas sociales para el pueblo, los funcionarios de Sumat dan caza a los comerciantes para martillarlos”, denuncia el concejal Felipe Corro.
Informa que en la pizzería Da Remo el superintendente compró tres pizzas y pidió diez vasos con hielo, al cobrárselos se molestó y amenazó con cerrarlos. “Al siguiente día se presentó con un fiscal y le ordenó que la cerrara como fuese, lo único que no estaba al día era el cambio de nombre de la conformidad de uso, eso no es causal para un cierre indefinido”.
Indica que al local le colocaron una calcomanía con el logo de la Alcaldía, pero sin fecha de culminación del cierre. “Es un abuso de autoridad porque no se puede cerrar un establecimiento sin razones legales”.
Manifiesta que situación similar sucedió en la licorería de Punta de Mulatos, donde no se sabe que razón personal generó el cierre. “Atentan contra nuestros comerciantes que día a día tratan de sobrevivir a la crisis económica que vive el estado y el país”.MLA/yg